No descubrí nada

La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos trabajos que nos rompen las bolas para comprar mierdas que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos.
No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión.
Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida.
Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos hemos dado cuenta y estamos, muy, muy calientes.

0 comentarios: